Tierra Santa Hebrea: El Mesías según el judaísmo
El Mesías según el judaísmo
23/1/2019 | por Rav Aryeh Kaplan
El Mesías será una persona normal, hijo de padres normales. Incluso es
posible que ya haya nacido.
El Mesías o Mashiaj en hebreo,
será una persona normal, hijo de padres normales. Incluso es posible que ya
haya nacido.
Asimismo, el Mesías será mortal. Eventualmente
morirá y legará su reino a su hijo o sucesor.
La tradición declara que será un descendiente
directo del Rey David, hijo de Ishai, como está escrito: "Un retoño saldrá
de la cepa de Ishai, un vástago florecerá de sus raíces” (Isaías 11:1). De la
misma forma, en nuestras plegarias pedimos: “Que florezca la flor de David y
que la memoria del Mesías ben David aparezca… ante Ti”. En la actualidad, hay
muchas familias judías que pueden trazar su legado directamente hasta el Rey
David.
El Mesías será el más grandioso líder y genio
político de la historia. Asimismo, será el hombre más inteligente que haya
vivido. Usará esos extraordinarios talentos para promover una revolución
mundial que traerá justicia social perfecta para toda la humanidad e influirá a
todas las personas para que sirvan a Dios de todo corazón.
El Mesías también alcanzará la profecía y será uno
de los profetas más grandiosos de la historia, segundo en jerarquía sólo
después de Moshé Rabeinu.
Cualidades
especiales
El profeta Isaías describió seis cualidades que el
Mesías tendrá la bendición de tener:
“El espíritu Divino descansará sobre él [y por ende poseerá]: (1) el espíritu de la sabiduría (2)
y del entendimiento, (3) el espíritu del consejo (4) y del poder, (5) el
espíritu del conocimiento (6) y del temor a Dios” (Isaías 11:2).
En todas esas cualidades, el Mesías superará a todo
otro ser humano.
El Mesías verá más allá de la falsedad y la
hipocresía de este mundo. Tendrá la capacidad de percibir el espíritu de las
personas, lo que le permitirá conocer todo su pasado espiritual y juzgar si es
culpable o no. Respecto a este poder, está escrito: “No juzgará en base a lo
que ven sus ojos ni decidirá en base a lo que sus oídos escuchan” (Isaías 11:3).
Este es uno de los atributos mediante los que el Mesías será reconocido. Sin
embargo, al igual que el regalo de la profecía, este poder se desarrollará
gradualmente.
El Mesías utilizará este poder para determinar a
qué tribu pertenece cada judío. Luego dividirá la Tierra de Israel en partes y
cada tribu heredará su porción. Esto comenzará con la tribu de Leví,
determinando la legitimidad de cada kohén y cada leví. Respecto a esto, el
profeta dijo: “Purificará a los hijos de Leví y los refinará como oro y plata,
para que se vuelvan portadores de una ofrenda de Dios en rectitud” (Malají 3:3).
Misión
y objetivos
La misión del Mesías consta de seis partes:
1) Su tarea principal es hacer que todo el mundo
vuelva a Dios y a Sus enseñanzas.
2) También restaurará la dinastía real de los
descendientes de David.
3) Supervisará la reconstrucción de Jerusalem,
incluyendo el Tercer Templo.
4) Reunirá al pueblo judío en la Tierra de Israel.
5) Reestablecerá el Sanedrín, la corte suprema y
legisladora del pueblo judío, que basa sus dictámenes en las enseñanzas de la
Torá. Esto es una condición necesaria para la reconstrucción del Tercer Templo,
como está escrito: “Restauraré a tus jueces como antes y a tus consejeros como
en un principio; luego serás llamada la ciudad de la rectitud, la ciudad fiel.
Sión será redimida con justicia, y los que vuelven a ella, con justicia” (Isaías 1:26-27).
Este Sanedrín también podrá reconocer formalmente al Mesías como Rey de Israel.
6) Restaurará el sistema de ofrendas y las
prácticas del año sabático (shemitá) y del jubileo (yovel).
Entonces, como declara Maimónides:
“Si surge un gobernante de la familia
de David, inmerso en la Torá y en sus mandamientos como su ancestro David,
siguiendo tanto la Torá Escrita como la Oral, que devuelve a todo Israel a la
Torá, fortalece la observancia de sus leyes y lucha las batallas de Dios,
entonces podemos asumir que es el Mesías. Si también es exitoso en la reconstrucción
del Templo en su sitio original y en la reunificación de los exiliados de
Israel, su identidad como Mesías estará garantizada”.
Influencia
mundial
A medida que se desarrollen los poderes del Mesías,
también crecerá su fama. El mundo comenzará a reconocer su profunda sabiduría y
vendrá en busca de su consejo. Le enseñará luego a la humanidad a vivir en paz
y a seguir las enseñanzas de Dios. Los profetas predijeron: “Ocurrirá en el
final de los días, que la montaña de la casa de Dios será la cima de las
montañas y se elevará sobre las colinas, y todas las naciones vendrán a ella
con alegría. Muchos pueblos vendrán y dirán "Vayamos y subamos a la
montaña de Hashem, a la casa del Dios de Yaakov, que (el Mesías) nos instruya
de acuerdo a Sus caminos y nos comportaremos de acuerdo a Su forma".
Porque la Torá emanará desde Sión y la palabra de Dios desde Jerusalem. Y él
(el Mesías) juzgará entre las naciones y decidirá entre los pueblos. Y
convertirán sus espadas en discos de arado y sus lanzas en podadoras. Ninguna
nación levantará su espada en contra de otra; y tampoco harán guerra” (Isaías 2:2-4, Mija 4:1-3).
En la era mesiánica, muchos no judíos desearán
convertirse al judaísmo, como predijo el profeta: “Entonces le daré a los
pueblos un lenguaje puro, para que llamen en el Nombre de Dios, y que Le sirvan
de una sola forma” (Tzefaniá 3:9). Sin embargo, una vez
que el Mesías se haya revelado, ya no se aceptarán conversos.
De todos modos, Jerusalem se convertirá en el
centro de adoración e instrucción para toda la humanidad. Dios se lo dijo a Su
profeta: “Volveré a Sión y moraré en medio de Jerusalem, y Jerusalem será
llamada la Ciudad de la Verdad y la Montaña del Dios de las Huestes, la Montaña
Sagrada” (Zacarías 8:3).
Jerusalem se convertirá en la capital espiritual del mundo.
Esto dará comienzo al período en el que las
enseñanzas de Dios serán supremas para toda la humanidad, como está escrito:
“Porque el Señor de las Huestes será Rey en el Monte Sión y en Jerusalem.
[Revelará Su] Gloria en la presencia de Sus sabios ancianos” (Isaías 24:23).
Todos los pueblos vendrán a Jerusalem en busca de
Dios. El profeta Zacarías describe esto gráficamente cuando dice: “Muchos
pueblos y naciones poderosas vendrán a Jerusalem en busca del Señor de las
Huestes… En esos días, diez personas de todas las naciones tomarán el rincón de
la prenda de cada judío y dirán: ‘Iremos contigo, porque oímos que Dios está
contigo’” (Zacarías 8:22-23).
En Jerusalem, el pueblo judío será establecido como
el “guía” espiritual y moral de toda la humanidad. En ese momento, Jerusalem se
convertirá en la capital espiritual del mundo.
En la Era Mesiánica, todos los pueblos creerán en
Dios y proclamarán Su Unicidad. Como está escrito: “Dios será el Rey sobre toda
la tierra, en ese día Dios será Uno y Su Nombre Uno” (Zacarías 14:9).
Paz
y armonía
En la Era Mesiánica, los celos y la competición ya
no existirán, porque todo lo bueno será sumamente abundante y todas las
exquisiteces serán tan comunes como el polvo. Los hombres ya no se dedicarán a
la guerra ni se prepararán para ella, como predijo el profeta: “una nación no
levantará la espada en contra de otra nación; no volverán a saber de guerra” (Isaías 2:4).
En la era mesiánica, todas las naciones convivirán
en paz. De la misma forma, personas de todos los tipos convivirán en armonía.
El profeta se refirió a esto alegóricamente, cuando dijo: “El lobo morará con
el cordero, el leopardo con el cabrito se agazapará; el becerro, el cachorro de
león y el cebón juntos, y un niño pequeño los dirigirá. La vaca pastará con el
oso; sus pequeños se agazaparán juntos, y el león, al igual que el toro, comerá
paja” (Isaías 11:6-7).
Si bien el Mesías influirá y le enseñará a toda la
humanidad, su misión principal será hacer que el pueblo judío retorne a Dios.
De acuerdo a esto, el profeta dijo: “Porque los hijos de Israel permanecerán
durante muchos días sin rey y sin príncipe… Después de eso, los hijos de Israel
volverán y buscarán a Hashem, su Dios, y a David, su rey; vendrán sobrecogidos
ante Dios y Su bondad, en el final de los días” (Oseas 3:4-5).
De la misma forma: “Mi sirviente David será rey sobre ellos; todos tendrán un
pastor; también seguirán Mis estatutos y observarán Mis leyes” (Ezequiel 37:24).
Fuente: https://www.aishlatino.com/judaismo/filosofia/filosofia-judia/El-Mesias-segun-el-judaismo.html
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